martes, 10 de noviembre de 2015

Reflexiones en torno al drama humanitario sirio II

Continuamos con reflexiones a partir de la lectura comprensiva del artículo El hurón, de Juan José Millás



Aroa Pons & Francisco Illueca

(Primero de Bachillerato)

Aroa Pons


El texto compara los trenes de juguete, que desde hace mucho tiempo se regalaban a los niños por Navidad, con la migración y el hambre. En estos trenes de juguete, la gorra de jefe de estación era algo que todos querían, porque suponía que tenías cierto poder sobre el tren. Ahora llevar esa gorra supone un problema, ya que Europa sufre una situación de crisis. Por tanto, el que lleva la gorra, en este caso los jefes de Estado de cada país, deben dar una solución a los problemas que plantea esta crisis migratoria.

El texto se refiere, en gran parte, al conflicto de Siria. Creo que la guerra podría haberse solucionado desde el primer momento y no hubiéramos llegado a este punto de desesperación en el que viven tantas personas. Para mí, este problema se hubiera acabado si los países que poseen el monopolio de la venta de armas a estos países en guerra, hubieran decidido dejar de venderles armas. Aunque el conflicto no hubiera acabado, no se hubiera agravado tanto. Desde mi punto de vista, estos países ricos y poderosos no les ha interesado parar la venta de armas a los países que son protagonistas de este conflicto, porque, si lo hicieran, perderían gran parte de sus ingresos de capital.



Ahora, la Unión Europea está decidiendo cómo organiza el reparto de estos refugiados desesperados, como si fueran simple y barata mercancía, y a qué países mandan más refugiados o menos, dependiendo de la economía del país. Frente a esto, algunos países de los que están mejor económicamente, protesta sobre la cantidad de inmigrantes que les ha asignado la Unión Europea, porque piensan que, para ellos, esos inmigrantes pueden empeorar su economía en auge. Esto se refleja en la frase: “Da la impresión de que en vez de dirigir el tráfico, juegan a hacerlo, como si el drama migratorio fuera un regalo de los Reyes y no la vida misma.”

He oído muchas veces y en muchos sitios que los inmigrantes dificultan la vida de las personas nativas de un país y que se les favorece más que a los que han vivido y nacido en ese país, pero no estoy de acuerdo. Pienso que hay que pensar que, por mucho tiempo, los españoles hemos sido los inmigrantes y que no nos gustaba que nos tacharan de todo eso. Pienso que si las personas emigran es porque buscan una vida mejor fuera de su país, ya que allí lo tendrán que estar pasando realmente mal. Nadie emigra por gusto, porque tiene que dejar atrás a su familia y amigos e irse a vivir a un país donde no conoce a nadie ni conoce el idioma de ese país.


 


Francisco Illueca


Opino que tiene mucha razón cuando dice que Europa solo deja entrar a los trenes cargados de sirios hasta las puertas de la cocina. Con ello quiere decir que los deja entrar en Europa para quedar bien de forma internacional, pero no les deja entrar con plenos derechos, sino que se les impone dónde tienen que ir y cuántos pueden hacerlo.


La situación de los refugiados sirios es la mayor crisis humanitaria europea desde la Segunda Guerra Mundial. El conflicto se ha cobrado ya más de 230.000 vidas, ha generado 11,5 millones de desplazados y un total de cuatro millones de refugiados han tenido que salir de Siria. Por estos motivos, pienso que todos los ciudadanos europeos deberíamos tratar de ayudar a estos refugiados y, en general, a todos los sirios. Deberíamos así utilizar mucho más la empatía y cientos de valores que se supone que aprendemos durante nuestra enseñanza, ponernos en su lugar y pensar en todo lo mal que esta pobre gente lo está pasando.




Por ello, me da muchísima rabia que sean los ricos los que menos hacen por toda esta gente, siendo los más orgullosos y gastando todo el dinero en sus propios intereses. En cambio, hay personas pobres que dan todo lo que tienen, simplemente porque otra persona también lo necesita. 




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